Semáforo de la Indumentaria Argentina – Edición Agosto 2019

Preocupación en el sector por la guerra comercial entre China y Estados Unidos

El nuevo capítulo de la disputa entre las dos principales potencias económicas del mundo promete repercusiones en nuestro sector de indumentaria

El pasado 5 de agosto se conoció la decisión de China de devaluar su moneda como respuesta a la suba de aranceles a las importaciones establecida la semana pasada por el gobierno norteamericano. Ambas medidas pueden tener impactos negativos para la fabricación de ropa en Argentina.

En primer lugar, el freno a la entrada de producción China en Estados Unidos puede provocar desvíos de comercio hacia otros destinos, lo que podría significar para nuestro país el ingreso de prendas a precio de liquidación. Adicionalmente, la devaluación del Yuan significa un abaratamiento adicional de la mercadería asiática. En efecto, el tipo de cambio real con China prácticamente no se modificó en julio de 2019 comparado con julio de 2018, a pesar de la fuerte devaluación que sufrió el peso argentino en ese período.

Sin embargo, el Gobierno Nacional tiene en sus manos la llave para evitar perjuicios para la producción doméstica. Bastaría con implementar una activa política de administración del comercio exterior, similar a la que existe en la actualidad en Estados Unidos y varios países europeos.

El recrudecimiento de la situación internacional se enmarca en el difícil contexto económico que viene atravesando la cadena de valor textil indumentaria. Desde el segundo trimestre del año 2016, la producción de ropa en Argentina sufre una caída ininterrumpida, según estadísticas del INDEC. En junio de 2019, las cantidades fabricadas fueron 12% inferiores a las de junio de 2018. Este fenómeno también fue acompañado por una caída de 18,5% de la producción textil doméstica.

La incesante caída en la producción nacional de ropa trajo aparejada la pérdida de empleos asalariados registrados en la seguridad social (también conocidos como puestos “en blanco”). Las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Producción y Trabajo muestran la pérdida de 5.152 empleos en el sector entre el cuarto trimestre de 2017 y el cuarto trimestre de 2018, lo que representó una caída del 11,8%. Durante el último trimestre de 2018, el sector de confección de prendas de vestir generó 38.610 empleos asalariados registrados, una cifra 21,7% inferior a los 49.339 del último trimestre de 2015. La pérdida de empleos en los últimos tres años fue de 10.729, según el Ministerio.

La dinámica de contracción de la producción y del empleo en el sector se explica principalmente por la reducción en el consumo de ropa. La CAME informó que las ventas de indumentaria en comercios minoristas cayeron 6,1% en julio respecto al mismo mes del año anterior. Comparado con junio, las ventas se recuperaron por el efecto estacional del aguinaldo y por el relanzamiento del programa Ahora 12. La noticia positiva fue la recuperación de la confianza de los consumidores, que mejoró 21,9% en julio de 2019 comparado con la medición de julio de 2018, según la Universidad Di Tella.

Por su parte, las ventas de indumentaria, calzado y marroquinería en los shoppings del Gran Buenos Aires disminuyeron 6,3% en mayo interanual, según las últimas estadísticas disponibles en el INDEC. En el mismo período, las ventas de indumentaria y productos textiles en supermercados de todo el país se retrajeron 8,5%. Esta dinámica se dio a pesar de que los precios de la ropa subieron significativamente por debajo del nivel general de inflación (43,1% versus 54,7%).

Como se advirtió en ediciones anteriores del semáforo, el motivo principal que explica la caída de las ventas y de la producción de ropa es la pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de la población argentina. En particular, el poder de compra de los salarios cayó 12% interanual en mayo según INDEC y el de las jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, 8,5% en junio comparado con junio de 2018.

El elevado nivel inflación (54,7% interanual en junio de 2019) obedece a la suba del dólar y al ajuste de las tarifas de los servicios públicos. El relevamiento de expectativas del mercado realizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para los tres últimos días hábiles de julio de 2019 indica la existencia de un consenso de inflación de 40% para diciembre de 2019. Sin embargo, ese valor no tiene en consideración la reciente suba del dólar de la última semana, que seguramente vuelva a estimular a la inflación en adelante.

Por su parte, el consenso del mercado estima una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina de 1,5% para todo 2019. De confirmarse este valor, el PIB finalizará 3,4% por debajo del nivel alcanzado en 2015. Si adicionalmente se considera el crecimiento de la población argentina, el PIB per cápita de Argentina habrá sufrido una caída de 7,2% en los cuatro años comprendidos entre 2015 y 2019.

En relación al comercio exterior del sector, las importaciones de ropa cayeron 8,4% en junio de 2019 comparado con junio de 2018, según información del INDEC. Sin embargo, las cantidades importadas crecieron 1,2%, lo que deja en evidencia una caída del precio promedio de importación de 9,5%. Las exportaciones de ropa crecieron 61,9% en junio de 2019, aunque si se analizan los primeros 6 meses del año, registraron una caída de 5,8%, según los registros aduaneros del INDEC.

En relación a los costos, la política de altas tasas de interés que mantiene el Banco Central presiona sobre la capacidad financiera de las empresas del sector. Durante el mes de julio, el promedio de la tasa de interés por adelantos de cuenta corriente bancaria fue de 62,6%, según estadísticas del BCRA. Las altas tasas y la recesión provocaron la caída de los préstamos al sector privado desde 12% del PBI hacia fines de 2017 a sólo 7% para mediados de 2019.

Por su parte, la energía eléctrica se encareció 78,2% en la Ciudad de Buenos Aires durante junio de 2019, en comparación con el mismo mes de 2018, en función del relevamiento elaborado por el Instituto Estadístico de la Ciudad. Por último, la nafta súper acumuló 48,3% de aumento interanual en julio, aunque según las empresas de venta de combustible, los precios están atrasados un 10%.

 

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